Saltar al contenido

Archives

  • julio 2025
  • junio 2025
  • marzo 2025
  • febrero 2025
  • enero 2025
  • septiembre 2024
  • agosto 2024
  • abril 2024
  • marzo 2024
  • diciembre 2023
  • octubre 2023
  • septiembre 2023
  • agosto 2023
  • julio 2023
  • junio 2023
  • mayo 2023
  • abril 2023
  • marzo 2023
  • febrero 2023
  • enero 2023
  • octubre 2022
  • septiembre 2022
  • agosto 2022
  • julio 2022

Categories

  • Editorial
  • Textos
noviembre 13, 2025 6:10 am
Potenta
  • Inicio_
  • Editorial_
  • Textos_
  • Contacto_
Suscribirse
  1. Inicio
  2. El cuerpo que escribe: Anne Sexton y la locura como subversión
  3. Textos

    El cuerpo que escribe: Anne Sexton y la locura como subversión

    PorMónica Andrea López Cifuentes

    Jul 12, 2025
    1060 palabras, 6 minutos de tiempo de lectura

    El cuerpo femenino que duele ha sido siempre un territorio por conquistar. El cuerpo femenino que grita, una amenaza y el cuerpo femenino que escribe una sublevación. El cuerpo femenino que no se disciplina una enfermedad. Anne Sexton (1928- 1974) fue ese cuerpo.

    Poeta estadounidense, esposa, madre, paciente psiquiátrica, diagnosticada con trastorno bipolar, depresión mayor, trastornos psicóticos o episodios disociativos y tendencias suicidas. Anne fue hospitalizada por primera vez en 1956, en el Westwood Lodge de Massachusetts. La medicina la nombró enferma. La psiquiatría la redujo a caso clínico. La farmacología intentó contener su exceso. Pero ella escribió. Y al escribir, desobedeció.

    Ese dolor monitoreado, reducido, dopado encontró hálito en la escritura. La escritura abrazó y sostuvo un cuerpo que se multiplico en palabras, un cuerpo kafkiano un cuerpo metamorfoseado por la poesía. La poesía deviniendo gritos, silencios, aullidos ováricos, una poesía subversiva que propuso simultáneamente un cuerpo poético. El poema no fue para Sexton un arte decorativo ni un pasatiempo terapéutico. Fue un acto político, una forma de insubordinación.

    Michel Foucault plantea en la historia de locura en la época clásica que la psiquiatría es una tecnología de poder, no solo trata enfermedades, sino que normaliza y controla. La psiquiatría no es sólo una ciencia del alma, sino un dispositivo de control del cuerpo: “una ciencia del ama disfrazada de medicina del cuerpo” (p. 173). No se limita a sanar enfermedades orgánicas, se ocupa de interpretar, vigilar y corregir la conducta de un sujeto minimizado a objeto. La medicina quiere acceder a lo invisible: el inconsciente, la verdad interior y la moralidad. La función del diagnóstico no es curar, sino clasificar, silenciar, normalizar. En ese sentido, el cuerpo de Anne fue doblemente violentado: por el discurso médico y por la farmacología que pretendía amortiguar el grito.

    La poesía de Sexton aniquila los argumentos patriarcales de un cuerpo femenino históricamente construido desde la opresión y la represión. Rompe con la estructura sistemática de las conductas morales y éticas que una “sujeta” contenida en la sociedad debe cumplir, como un mandato social. La escritura se ensambla como una máquina de guerra en el sentido deluziano: no busca conquistar el poder sino escaparse de él. (Deleuze & Guattari, 1988). Surge fuera del estado, en los márgenes sobre los pueblos nómadas, los cuerpos disidentes y las escrituras menores. Es creativa, puede expresarse en el arte, en el lenguaje, en la escritura y en la forma de vivir. Sexton representa las escrituras menores excluidas en manicomios, salas psiquiátricas. Expuesta a las intervenciones medicas con tratamientos inhumanos para normalizar un cuerpo. Pero no lograron silenciarla.

    En este orden de ideas Hélène Cixous (1975/2010) escribió que las mujeres deben “escribir su cuerpo”, desbordar las lógicas patriarcales que las han encerrado en discursos ajenos. Pero Anne Sexton no esperó a que esa teoría fuera formulada: la encarnó. Escribió desde la sangre menstrual, la pulsión suicida, el deseo erótico, el duelo, la maternidad quebrada. Su poesía fue un campo donde se enfrentaron la psiquiatría y la poesía, el diagnóstico y el grito, el litio y la metáfora.

    Mariella Sala, escritora y feminista peruana, ha nombrado con claridad la forma en que las mujeres que sienten demasiado, que nombran lo que duele, que se rebelan, son patologizadas. “El dolor de las mujeres siempre fue llamado histeria” (Sala, 2019). Y ese gesto de traducir el dolor en enfermedad no busca sanar, sino excluir. Esa historia no es sólo de Anne Sexton. Victoria Mas, en su novela El baile de las locas (2020), recupera el espanto de lo vivido por cientos de mujeres internadas en la Salpêtrière del siglo XIX. Mujeres encerradas por pensar, por sentir, por desobedecer, por leer. Mujeres exhibidas como espectáculo. Mujeres convertidas en objetos de estudio médico. Como ellas, Sexton también fue mirada, contenida, domesticada; pero ella, a diferencia de muchas, encontró en el lenguaje un pasadizo subterráneo: escribió.

    La locura es la grieta, es el camino de Sexton que se revela como una propuesta estética de un cuerpo que a pesar de estar sedado se reconfigura desde el lenguaje y existe. Se revela, transgrede la estructura sistémica que anula el cuerpo. Las terapias electroconvulsivas (TEC) también conocidas como electroshock no fueron suficientes. Su psiquiatra Martin Orne con el ánimo de ingresar a lo más privado de la subjetividad femenina, a ese misterio que se teje entre penumbras y que desde la locura es custodiado por seres amorfos, permitió que Anne Sexton grabara sus sesiones. Las cintas las reproducía posteriormente para inventarse y transformar el lenguaje terapéutico en poesía, muchos de sus poemas parecen conversaciones interiores o reconstrucciones de escenas clínicas. Un cuerpo medicalizado que destroza todo acto perverso de sumisión.

    Para finalizar, se hace necesario resaltar que la locura no siempre fue sinónimo de enfermedad, en la edad media el loco era visionario o sabio trágico. En la modernidad fue encerrado, vigilado, diagnosticado. La locura revela los límites de la razón impuesta y jerarquizada por el sistema político, cultural, religioso, moral y económico. Pero también, se presenta como una grieta luminosa para los sujetos creativos: aquellos que se atreven como Anne Sexton a hondar en sí mismos, a caminar sobre los abismos y tornados de sus propias sombras y a nombrar lo que otros no se atreven a ver. En esa escritura, Sexton no pide comprensión. No quiere perdón. No se ajusta. Se desborda. Cada verso suyo es una extensión de su corporeidad. Una grieta en el muro del diagnóstico. Una forma de decir: no soy el síntoma que me adjudican, soy la vos que ustedes intentaron anestesiar. Hoy, cuando la salud mental se medicaliza sin matices y el dolor psíquico se convierte en mercancía farmacológica, leer a Anne Sexton no es una visita al pasado es un acto subversivo de resistencia.

    Referencias

    • Cixous, H. (2010). La risa de la medusa (A. J. Gil, Trad.). Anthropos. (Obra original publicada en 1975)
    • Deleuze, G., & Guattari, F. (1988). Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia (B. Bosteels, Trad.). Pre-Textos.
    • Foucault, M. (2006). Historia de la locura en la época clásica (V. Castrillón, Trad.). Fondo de Cultura Económica.
    • Mas, V. (2020). El baile de las locas. Salamandra.
    • Sala, M. (2019). Sobre el dolor y la escritura de mujeres. Fondo Editorial de la PUCP.
    • Sexton, A. (2000). Transformations (Reprint ed.). Mariner Books. (Obra original publicada en 1971)

    Bajo Licencia Creative Commons / Publicado originalmente en LETRAS QUE SANAN/ republicado en: EspacioPotenta.com / Imagen: Mónica Andrea

    image_pdfVersión PDF

    Navegación de entradas

    ¡¡¡Estoy Hartaaaaaaaa!!!

    Por Mónica Andrea López Cifuentes

    Me apasiona escuchar personas, compartir historias y escribir. Mis bases son la Literatura y Educación. He complementado esta profesión con herramientas de Desarrollo Humano. Ejerzo como Docente y Coach en diferentes procesos de transformación.

    Entradas relacionadas

    ¡¡¡Estoy Hartaaaaaaaa!!!

    Jun 9, 2025

    Carta de una niña interior

    Jun 9, 2025

    Añil profundo

    Mar 4, 2025
    Un comentario en «El cuerpo que escribe: Anne Sexton y la locura como subversión»
    1. Cony Quiroz dice:
      julio 27, 2025 a las 3:56 pm

      Querida Andre, no dejes de escribir y revelar por medio de las palabras tu grito de rebeldía, desobediencia, tu acto creativo que libera y desarma…
      Ni la enfermedad ni los fármacos podran detener la expresión que nos da vida: La escritura.
      Te quiero desde siempre
      Cony Madía

      Responder

    Deja una respuesta Cancelar la respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    Entradas anteriores

    • La poeta y el patriarca
      por Jenny Bernal
      julio 1, 2022
    • Pitazo final
      por Diana Obagi
      julio 2, 2022
    • Territorio: cuerpo de mujer
      por Liliana Alpala
      julio 3, 2022
    • Situaciones repulsivas
      por Vero
      julio 4, 2022
    • El duelo del vientre
      por Ana Ballesta
      julio 5, 2022
    • ¡No es para tanto!
      por Paula Kaste
      julio 6, 2022
    • La escritura.
      por Potenta
      julio 23, 2022
    • Ser bibliotecaria, una gran experiencia
      por Sandra Ortiz
      agosto 8, 2022
    • En la rueda de bullerengue
      por Mónica Lázaro
      agosto 27, 2022
    • Pensé escribir lo trágico de mi vida…
      por Mery Chapuel
      septiembre 18, 2022
    • Un brevísimo testimonio del poder de la sororidad
      por Adriana María
      octubre 18, 2022
    • Historias incompletas
      por Paula Kaste
      enero 12, 2023
    • Sueño intergeneracional
      por Jimena Delgado Molina
      enero 13, 2023
    • Anónima
      por Elizabeth Delgado
      enero 17, 2023
    • El miedo y casi no te saco
      por Isabel Córdoba
      febrero 22, 2023
    • Que no te toque
      por Adriana María
      febrero 27, 2023
    • Una Mosca
      por Valentina Jaime Herrera
      marzo 7, 2023
    • P´AYER
      por Catalina López B
      marzo 7, 2023
    • Soy madre soltera y no soy perfecta
      por Mery Chapuel
      marzo 16, 2023
    • ¿Sobre qué escribir?
      por Potenta
      marzo 17, 2023
    • Temblor
      por Tania Espitia
      marzo 28, 2023
    • Mirada
      por Mónica Lázaro
      marzo 28, 2023
    • Cómo convertirse en escritora
      por Leidy J. Díaz
      abril 11, 2023
    • ¡Sí, a los hombres se les mira a los ojos!
      por Ana Ballesta
      abril 11, 2023
    • Conversaciones en un chat
      por Ivonne Burbano
      abril 12, 2023
    • El ahorro
      por Liliana Múnera
      abril 22, 2023
    • El camino hacia el éxtasis que cura
      por Sofía Villa Barajas
      mayo 2, 2023
    • El cuidado de la vida
      por Natalia de los Ríos
      mayo 14, 2023
    • Creciente
      por Kié Cruz Jaime
      mayo 18, 2023
    • Mi yo como mamá
      por Stella Ríos Dimaté
      mayo 22, 2023
    • ¡Dicen que escribir es para escritores! 
      por Isabel Córdoba
      mayo 22, 2023
    • El perro y mis dos gatos
      por Adriana María
      junio 20, 2023
    • Manifiesto de las mujeres artistas de Pasto
      por Antropomorfa
      julio 8, 2023
    • Vacío
      por Yeisy Alexandra
      julio 12, 2023
    • Nuestro tiempo, el puerperio
      por Valentina Jaime Herrera
      agosto 11, 2023
    • Cambio de piel
      por Cony María
      agosto 11, 2023
    • Un año criando a: Espacio Potenta
      por Potenta
      agosto 17, 2023
    • Estas palabras se dicen ahora en voz alta
      por Anabell Posada
      agosto 30, 2023
    • Retazos sencillos de una vida lectora
      por Etna Morales
      agosto 30, 2023
    • Audiencia: proceso medida de protección de por vida
      por María Angélica Robles
      septiembre 17, 2023
    • Cuando la pasión desafía el «deber ser y hacer»
      por Shirley Rojas
      septiembre 21, 2023
    • Lágrimas invisibles
      por Carol León
      octubre 27, 2023
    • En un jardín
      por Patty Cuervo
      octubre 27, 2023
    • Me mata, no me mata o ¿cómo amar sin morir en el intento?
      por La Sui
      diciembre 4, 2023
    • Sobre la esperanza
      por Marcela Jaramillo Velásquez
      marzo 5, 2024
    • Gracias mujeres
      por Potenta
      marzo 8, 2024
    • MANIFIESTO DE LAS MAT( R )ICES
      por Nataly Cáceres Burbano
      marzo 9, 2024
    • La cuestión del agua
      por Sara Rios Pérez
      abril 16, 2024
    • Historias Sencillas
      por Dora Elcy Vanegas Garavito
      agosto 6, 2024
    • JIEYUU ANAMIAMAAJANA
      por Nat Nat Iguarán
      agosto 10, 2024
    • En este pueblo ya no canta la lechuza
      por Natalia Ortiz Mantilla
      agosto 14, 2024
    • Tadó, Minería y mujeres 
      por Yerlin Hinestroza G
      agosto 19, 2024
    • Aquel cuatro de noviembre
      por Marbel Ina Vanegas Jusayu
      agosto 28, 2024
    • Recorriendo los chaquiñanes
      por Sandra Milena Muñoz Ortega
      septiembre 2, 2024
    • Anónimo era mujer
      por Sara Rios Pérez
      enero 14, 2025
    • Apartados sobre la rePUTAción de las mujeres
      por Valentina Jaime Herrera
      enero 14, 2025
    • Una costeña en Bogotá
      por Adriana María
      enero 15, 2025
    • Mujer rural: protectora del territorio, la biodiversidad y la vida
      por Walquiria Pérez
      enero 17, 2025
    • Una cesárea más
      por Angela Del Mar Verdugo
      enero 17, 2025
    • ¡Celebrar?
      por Ivon Johanna Perez Rojas
      febrero 14, 2025
    • Ser mujer en la era digital
      por Valentina Guitíerrez
      marzo 4, 2025
    • Añil profundo
      por Natalia de los Ríos
      marzo 4, 2025
    • ¿Qué estamos cocinando?
      por La Hipotenusa
      marzo 7, 2025
    • ¿Qué le dirías a estas mujeres en su día? ¿Qué te dirías?
      por Potenta
      marzo 8, 2025
    • Carta de una niña interior
      por Maria Ines Fernandez
      junio 9, 2025
    • ¡¡¡Estoy Hartaaaaaaaa!!!
      por Ana Ballesta
      junio 9, 2025
    • El cuerpo que escribe: Anne Sexton y la locura como subversión
      por Mónica Andrea López Cifuentes
      julio 12, 2025

    Recent Comments

    1. Paulie en ¡¡¡Estoy Hartaaaaaaaa!!!
    2. Cony Quiroz en El cuerpo que escribe: Anne Sexton y la locura como subversión
    3. María Cecilia Pérez Pamplona en Mujer rural: protectora del territorio, la biodiversidad y la vida
    4. VK en ¿Qué le dirías a estas mujeres en su día? ¿Qué te dirías?
    5. Business en ¿Qué le dirías a estas mujeres en su día? ¿Qué te dirías?

    Suscríbete a EspacioPotenta.com

Te has perdido

Textos

El cuerpo que escribe: Anne Sexton y la locura como subversión

Mónica Andrea López Cifuentes Jul 12, 2025 1 Comentarios
Textos

¡¡¡Estoy Hartaaaaaaaa!!!

Ana Ballesta Jun 9, 2025 1 Comentarios
Textos

Carta de una niña interior

Maria Ines Fernandez Jun 9, 2025 0 Comentarios

EspacioPotenta.com

Bajo licencia Creative Commons

Apoyado por Redsisdencia.com

Funciona gracias a WordPress | Tema: Fameup de Themeansar.