“Si escribes mujer, lo sabes tanto como yo:
escribes para dar al cuerpo sus
Libros de Futuro porque el Amor te dicta tus nuevas génesis.
No para llenar el abismo, sino para amarte hasta el fondo de tus abismos.
Para conocer, no para evitar.
No para superar; para explorar, penetrar, visitar.
Donde tú escribes, eso crece, tu cuerpo se despliega,
tu piel cuenta sus leyendas hasta ahora mudas.”
Heléne Cixoux
La historia detrás del presente proyecto proviene de dos conversaciones que tuve con mis tías. Un día llamé a la hermana de mi papá para felicitarla por su cumpleaños. Durante la llamada ella dijo una frase que quedó rondándome varios días, meses: “La historia de mi vida es como para un libro”. Otro día fui a tomarme un café con la hermana de mi mamá. Mientras nos contábamos en qué iba nuestro presente, me dijo que había escrito un texto, que por qué yo no hacia un blog donde ella y otras mujeres publicaran…
Las conversaciones resonaron, me inquietaron, moviéndome y empujándome hacia una orilla en donde jamás me había parado. Espacio Potenta fue lo que resultó.
“¿Por qué me siento tan obligada a escribir? […] Porque no tengo otra alternativa. Porque tengo que mantener vivo el espíritu de mi rebeldía y de mí misma. […] Escribo para grabar lo que otros borran cuando hablo, para escribir nuevamente los cuentos mal escritos acerca de mí, de ti. Para ser más íntima conmigo misma y contigo. Para descubrirme, preservarme, construirme, para lograr la autonomía. Para dispersar los mitos que soy una poeta loca o una pobre alma sufriente. Para convencerme a mí misma que soy valiosa y que lo que yo tengo que decir no es un saco de mierda. Para demostrar que sí puedo y sí escribiré (…) Finalmente, escribo porque temo escribir, pero tengo más miedo de no escribir.”
Gloria Anzaldúa.
Ya sabemos que varias escritoras, entre ellas Andalzúa, han invitado a las mujeres a escribir desde el siglo pasado. Actualmente podemos ver en las librerías y bibliotecas cada vez más literatura escrita por mujeres. Empero, para la mayoría de las mujeres la escritura continúa vedada, todavía hay un abismo entre el deseo y la acción. Aunque una mujer manifieste que su experiencia de vida podría llegar a ser un libro, el deseo solo alcanza para manifestarlo, porque siente que esa experiencia no le alcanza tanto para dar el siguiente paso y materializarlo.
Pienso en el miedo como un lugar al que llegan las mujeres cuando se les habla de la escritura, la prohibición de la misma dejó una estela tan fuerte que, aunque exista el deseo, se niega la capacidad. Más que eso, creemos que no somos dignas de la acción, de representar las palabras con signos trazados en un papel. En medio de lo que imaginamos que no nos es dado, que no nos es permitido, nuestras opiniones y reflexiones se evaporan sin quedar registro de ellas, sin posibilidad de que resuenen en otras mujeres.
Desde el aliento dado por las palabras de mis ancestras, sumado al recuerdo de conversaciones con otras mujeres de diferentes territorios, surgió un impulso vital que me llevó a la orilla del abismo para dar el salto: “¡Si diera el salto! Y no cayera, como una piedra, sino como un pájaro”, me dice Heléne Cixous, y escuchándola decido criar este espacio.
Potenta es un espacio para gritar, romper el cemento y florecer. Es un espacio para el desahogo desde la escritura, que tanto se nos ha negado. Es la página en blanco para las opiniones y reflexiones que tienen las mujeres de a pie; mujeres con diferentes roles, oficios y desde distintas regiones que quieren compartir con otras mujeres sus experiencias de vida. Vivencias que van a resonar en las lectoras, irradiar a otras mujeres y así entre todas abriremos una grieta al miedo, al no permiso de la escritura que nos impusieron.
¡Todo grito con el lápiz y en el papel es válido!
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