Fragmento de mi diario personal
Este año he vuelto a reiniciar mis estudios, ingresé a Licenciatura en Lenguas Extranjeras. Me agradan las casualidades, me dejo emocionar y sorprender por ellas, creo en la magia y no busco el truco, porque la magia es creer, es soñar y atreverme a escribir. Si todo lo siento perdido, esta es mi esperanza, todo mi optimismo concentrado en el único fin de seducir con mis palabras.
El lenguaje en su esencia es canción, las letras son las notas, una hoja escrita es una partitura, primero debemos aprender a escuchar qué sonido representa cada letra, para oír toda la orquesta es necesario afinar el oído, todos nuestros sentidos, diferenciar los matices para entender que es esto lo que se dice y no otra cosa. Ponerse de acuerdo, entablar un diálogo, crear símbolos, signos, significados tiene como única intención aproximarnos. ¿Qué se esconde detrás de este interés sino son las pasiones? Entre ellas el amor, del cual nacen o se forman otras, puede degenerarse o recrearse, según su ausencia o abundancia, los seres humanos podemos diferenciarnos según nuestra capacidad de odiar o de amar.
Es muy difícil hablar de la esperanza, este tema, como muchos otros, me sobrepasa, debo tomar fuerza y respirar, así sea el humo de mis cigarrillos pero respirar. La vida se me muestra en alto contraste, como en el libro Los Capitanes de la Arena de Jorge Amado, aún en las circunstancias más insólitas o desoladoras se encuentran motivaciones, contradicciones que se retroalimentan, el más sin el menos da igual. Mi felicidad se nutre de mi tristeza, mi llanto es más profundo ante la ausencia de días felices que ya no lo serán más. Entre más hondo es el dolor con mayor amplitud se aprende a sonreír. Más y menos, menos o más. ¿A dónde quiero llegar? ¡Que me lleve! No se sabe qué es perder sino se ha ganado, uno no puede extrañar lo que ignora, tomar conciencia de algo es conocer los extremos, es estar al borde del abismo, justo al límite, un paso más y todo cambia. ¿Qué es el mal sino se conoce el bien? Una situación natural. Por eso mis menos dan importancia a mis más, sin quererlo me nutren, como el aforismo de que las cometas se elevan contra el viento. Quien no conoce la soledad no valora la compañía, quien no ha sentido hambre se da el lujo de menospreciar la comida, no es fácil apreciar la libertad cuando las cadenas están en el pensamiento.
Bajo Licencia Creative Commons / Publicado originalmente en EspacioPotenta.com / Fotografías: Marcela Jaramillo