¿Alguna vez han caminado en un día soleado con su familia?
Pues yo sí y en una de las muchas veces que lo he hecho, mis perros empezaron a ladrar y a oler un pequeño costal entre el pasto mojado, de la increíble curiosidad quité el costal y me dí cuenta que había una pequeña y tierna perrita.
Un par de minutos después ví que la pobre criatura estaba temblando del frío. Le rogué a mi mamá que nos la lleváramos, le dije que yo le buscaría hogar, avanzamos como 100 mts cuando por fin aceptó. Me devolví corriendo hacia donde estaba la perrita, cuando intenté cogerla me lanzó un mordisco; algo que no se me hizo raro ya que era una cachorra y debió sufrir mucho.
Como me estaba tardando, mi mamá decidió volver a ver qué estaba pasando y ella me ayudó a recogerla.
Rápidamente la llevamos a casa y le dimos comida y agua, ese día mi hermano y yo teníamos que viajar a donde mi papá, yo se la llevé a él de regalo y felizmente la recibió.
Para este momento lleva unos meses viviendo con él y ya no sufre de maltrato ni violencia, por cierto se llama creciente porque tiene una marca en su pecho en forma de luna.
Bajo Licencia Creative Commons / Publicado originalmente en EspacioPotenta.com / Ilustración por Kié Cruz Jaime