Nuestra libertad y la de nuestros cuerpos despiertan odio. Por ello, nuestra sexualidad siempre causa escándalo.
Si somos reservadas, que porqué tan morrongas y «vacas muertas».
Si hablamos y llevamos nuestra sexualidad desde otros lugares siempre seremos las «putas».
En esta sociedad profundamente misógina se nos juzga por cada cosa que hagamos o dejemos de hacer: si hablamos de más, si nos maquillamos, si nos vestimos como se nos dé la gana, si disfrutamos del sexo, si tenemos pareja, si no la tenemos…
Nuestros cuerpos reciben el señalamiento, el ejercicio de poder y dominación. Nuestro deseo merece ser lapidado una y otra vez en nombre de personas que se sienten poderosas a costillas de nuestro desprestigio.
Así, si un hombre abandona de múltiples y distintas formas sus responsabilidades, siempre habrá una justificación y palmaditas en el hombro; mientras sobre nosotras siguen recayendo las labores de cuidado, el estigma sobre nuestras decisiones, la vergüenza, la culpa y el borrado de nuestra soberanía.
Me niego a ver y sentir mi cuerpo como otro espacio que no sea de emancipación; a concebir el amor como algo externo a mi propio ser. A repetir discursos que apedrean la vida digna de otras mujeres, a competir con ellas por «el amor» de los hombres, que se convirtió en algo que nos sigue matando, y pasa por encima de nuestra autonomía y goce.
Me insto a cuestionarme siempre las formas, a liberarme las veces que sean necesarias de creencias que nos dañan.
Por estos tiempos me han hecho una muy buena rePUTAción con la que me identifico plenamente: soy la bruja, la loca, la puta, la arrecha, la monja, la caliente, la que abre la boca para no quedarse callada, la amante, la infiel, la fogosa, la mala, la brava.
SOY Valentina y este cuerpo territorio florece y desborda placer y gozo, con tan buena propaganda, porque sí soy todo eso, por no dejarme pasar por encima y mantenerme leal y fiel a mi misma. Lo soy y lo volvería a ser en otras vidas más sin duda.
Bajo Licencia Creative Commons / Publicado originalmente en EspacioPotenta.com / Foto: Valentina Jaime